Por: Miguel Gonzales Corrales – Escritor arequipeño.
La primera vez que tuve conocimiento del libro «Yo visité Ganímedes…» (1972) fue cuando estuve en cuarto de secundaria. Quien lo comentó aquella vez en clase fue el profesor de literatura, cuya explicación del libro fue breve y no entró en detalles. Tiempo después, cuando estuve en segundo año de universidad, me enteré que ese libro tenía una continuación: «Mi preparación para ir a Ganímedes» (1975). Lo descubrí cuando un amigo, muy aficionado a los temas paranormales, me lo comentó, pues ubicó estos textos en la Biblioteca de Humanidades, en la UNSA. Desde entonces, mi entusiasmo fue grande por adquirir y leer ambos libros. Esporádicamente, conocí a algunas personas quienes habían leído, sobre todo «Yo visité Ganimedes». Creo que el segundo libro no es muy conocido. Quienes comentaban el primer libro, decían que era profético y una anticipación a catástrofes indescifrables, dadas a conocer por los seres casi inmateriales del satélite de Ganimedes que rodea Júpiter. Mi interés fue acrecentándose y, como diera lugar, tenía que leer ambas historias. Por los años en que publicó Ibrahin sus narraciones la astronomía no iba más allá de telescopios donde se veían los planetas y el hombre hacia poico había pisado la luna por primera vez (julio de 1969).
Años después, conseguí el primer libro, «Yo visité Ganímedes», lo leí y me pareció asombroso, desde el punto de vista del narrador, similar al de H. G. Wells, en sus novelas. Es la historia del narrador-personaje quien recibe la visita de seres de otro mundo, en su casa de Monterrico, Lima. Ellos llegan a través de su amigo Pepe, a quien ya se lo habían llevado a vivir al satélite jupiteriano. La historia se desarrolla en la localidad de Monterrico, Lima.
Pocas semanas después, conseguí el segundo libro: «Mi preparación para ir a Ganímedes», que complementa lo del primer libro. Aquí nos da a conocer la preparación del narrador y su familia en un lugar oculto en los Himalaya, aprendizaje evaluado por varios aspectos metafísicos, unos conocimientos extraños de esoterismo y cuarta dimensión, superiores a la demás gente, de costumbres mundanas. Según el narrador, nosotros, los humanos, somos una raza de entes atrasados en relación a esos seres Ganimidianos porque ellos exploran la conciencia para vivir en paz, sin violencia y solo lo logran por una dedicación extrema de purificación mental. Desde la óptica de Ibrahim, a través de esta novela-ensayo, nos exhorta para que entendamos su mensaje: los seres de Ganimedes son superiores porque aman la paz, la armonía y la sabiduría.
Después de años de preparación, Ibrahim, con su esposa u sus dos hijos, se van del planeta en una especie de nave ovalada a vivir para siempre en el mundo de Ganímedes, junto a un egipcio y un israelí, quienes ya habían sido elegidos con anterioridad. Estos dos libros son el inicio de la literatura de Ciencia Ficción más genuina en el Perú con temas científicos. Por un lado, abordan un discurso literario y por otra, cada capítulo, constituye opúsculos que contienen mensajes e ideas de armonía, paz, verdad, justicia y amor para los seres humanos. A través de esta literatura, el mensaje es claro: tratar vivir mejor con nosotros mismos y evitar nuestra destrucción a través de guerras políticas que no conducen a ningún tipo de soluciones, además del mal manejo de la ciencia tecnológica. Al final de todo, dentro de la ficción, es una enseñanza que la literatura, una vez más, nos muestra los defectos las personas a lo largo de su historia y, hoy en día, continuamos con lo mismo.