Conversemos sobre libros: Identidad Político-social en Abril Rojo
Por: Miguel Gonzales Corrales – Escritor arequipeño.
La aparición de Sendero Luminoso y sus secuelas de destrucción han sido una parte de la historia de Perú estigmatizada en quienes lo vivieron y sufrieron. La literatura tampoco ha sido ajena a esta situación. Durante y después de este terrorífico periodo hubo y hay escritores quienes han abordado el tema explicando diferentes acontecimientos de personajes, a través de sus emociones, nos han enseñado los duros momentos que sufrieron y quedaron marcados por los recuerdos frustrados de sus desenlaces.
«Abril rojo» (2006) de Santiago Roncagliolo nos traslada a Ayacucho, departamento cuyos habitantes sufrieron mucho con el terrorismo. El narrador omnisciente nos adentra en una sociedad sumida por los grupos sectarios y diseminados del Senderismo quienes intentan reagruparse de modo anónimo. Por intermedio de las impresiones de un Fiscal, Félix Chacaltana Saldívar, nos guía para descubrir un asesinato.
Es una novela de tipo policíaco e incluso negra porque nos muestra la corrupción descarnada de las autoridades del lugar en un proceso electoral, allá por el año 2000 cuando Alberto Fujimori se presentó para su tercer periodo gubernamental, pero este fiscal se ve envuelto en truculentas situaciones sociales que nos hace entender, a través de imágenes, las vivas a Sendero Luminoso, la extraña simbología de los perros muertos y colgados en los postes de alumbrado eléctrico cuando visita un anexo ayacuchano, la luminosidad con fuego en un cerro con la imagen de lo hoz y el martillo, el recuerdo de su madre quien Chacaltana le habla cuando está en la intimidad de su cuarto como pidiéndole consejo y una anacronía, al parecer, de un criminal quien habla, desde ultratumba aceptando sus pecados y crímenes, pero lo curioso, que en estos segmentos, la redacción carece de buena escritura y el modo de habla es precario, propio de personas carentes de instrucción, además nos hace deducir que se trataría de un terroristas arrepentido de sus crímenes y traicionado por los de su grupo. Son las claves para entender el ambiente Senderista en el que se ve envuelto. Hacia el final descubrimos que se involucra con una adolescente con quien tiene un romance y descubre a una militante senderista.
Entonces, asistimos a la típica sociedad peruana donde se ve la injusticia porque a nadie le importa lo que suceda respecto al brote senderista. Además, los policías no aceptan a Chacaltana como enviado Gubernamental y por la presión social-política accede, impotente, como testigo, a unas elecciones fraguadas. Por un lado, las autoridades deciden el destino político de las elecciones de los demás pobladores. Por otro, el senderismo quiere brotar con nuevas adquisiciones como la adolescente que conoce el Fiscal y los medios para resurgir de nuevo. En ambos casos solo nos queda el remanente de la frustración Política-Senderista. Solo son instancias que nos insinúan su imponencia, pero no logran nada. Esta novela nos revela la sociedad ayacuchana como un ejemplo de otros lugares de la sierra del Perú. Es un reflejo de la apatía porque cada uno desea sus intereses y Chacaltana parece ser el único honesto de todo este sistema. ¿Podría haber un cambio positivo para el Perú si hubiera más Chacaltanas?, esta es la interrogante que nos deja la novela como reflexión.