La apasionada convicción por la composición musical llevó a maestros como Aldo Rojas, a promover la fundación del grupo de compositores Opus XXI. El egresado del Conservatorio de Música de Puerto Rico comparte en esta entrevista los motivos que influyeron su desarrollo académico e impulsaron su actividad en favor de la creación músical en nuestra ciudad.
¿Cómo surgió su vocación por la música?
En mi familia no había habido alguien que se dedique a ella, sin embargo la música siempre estuvo acompañándome, en casa por ejemplo, mis familiares siempre hacían sus quehaceres escuchando música. Pero ese punto de quiebre sucede cuando tenía entre catorce o quince años, que es donde nace en mí el interés por crear, no sabía qué crear, pero tenía esa idea, y ese interés fue paralelo a mis ganas de jugar fútbol y dedicarme a ello, ya que por ese momento lo practicaba en una academia del F.C. Melgar.
Me planteaba la idea de ser futbolista profesional, pero ese objetivo duró muy poco, porque las ganas de crear fueron ganando terreno en mi mente, y se fueron juntando con ese interés mucho más profundo hacia la música. Ya no escuchaba la música que ponían mis padres, sino buscaba la música que quería escuchar, sobretodo el rock, desde niño siempre me gustó este género.
Surgió entonces la idea de aprender a tocar guitarra, formar mi grupo de rock, y crear canciones para ese grupo de rock. Empecé a tocar guitarra terminando el colegio, y a los diecisiete años tomo la decisión de estudiar música, al enterarme de la existencia de una Escuela Superior de Música (Luis Duncker Lavalle). Entonces quise aprender guitarra para postular a la carrera.
¿Cómo se da la oportunidad de estudiar en Puerto Rico?
Ese interés de estudiar en el extranjero surgió gracias a la influencia del maestro Carlos Villalba, maestro de guitarra clásica del nivel superior de la Escuela de Música. Fue una influencia indirecta porque sabía que él había estudiado guitarra clásica en España, y evidentemente el hecho de tener un profesor que haya estudiado en otro país me motivaba a querer hacer lo mismo.
Y tenía otros compañeros que también compartían ese mismo interés. Y así, en algún momento, dos compañeros míos me dijeron que había la posibilidad de estudiar en Puerto Rico, gracias a la información que podía brindarnos un maestro que vivía en la ciudad. Este maestro era Nicolás Reynoso, pianista y director de orquesta, quien había vivido muchos años en Nueva York, Estados Unidos. Gracias a él obtuvimos información y contacto con el Conservatorio de Música de Puerto Rico, para poder ir preparando nuestros trámites. De esta manera, para la evaluación, cada uno de nosotros mandó sus respectivos videos. Al cabo de unos meses llegó una notificación por correo electrónico, había ingresado.
¿Qué motivos influyeron en su transición de la guitarra a la composición musical?
Pasaron dos cosas muy interesantes, a medida que pasaba el tiempo me sentía cada vez más agobiado, a veces incluso un poco aburrido, de estar estudiando guitarra y no poder hacer un poco más, porque esa necesidad de querer componer siempre estaba allí. Además, la pierna izquierda me empezaba a doler, debido a las horas y horas que pasaba estudiando, ya no aguantaba el dolor de estar así por mucho tiempo, pasaban cinco minutos y sentía mucho dolor en la rodilla.
Ese dolor físico, más la necesidad de crear, me hacían sentir que no estaba haciendo realmente lo que quería en cuanto a lo musical. Y, mientras eso pasaba, además de mis clases con Leonardo Egúrbida, gran maestro y guitarrista puertorriqueño, empecé a tomar clases electivas de música atonal, dodecafónica y de vanguardia, que eran dictados por el maestro Manuel Ceide, y donde se hablaban temas como el serialismo integral, música aleatoria, electrónica y electroacústica, esa música siempre me atrajo, música de Luciano Berio, Iannis Xenakis, Ligeti y Stockhausen. Me pareció un mundo totalmente libre, un mundo totalmente nuevo, y tenía la idea de componer algo así. Buscaba escuchar música de compositores del siglo XX, como Manuel de Falla, Debussy o Stravinsky, y también me atraía mucho la idea de escuchar a compositores académicos peruanos de aquel siglo, como Roberto Carpio, Luis Duncker Lavalle, Celso Garrido Lecca, o de Teodoro Valcárcel.
Entonces entré conflicto, dije ¿Qué hago?, me está atrayendo más la idea de componer este tipo de música que es la atonal o la de vanguardia. Hasta que tomé la decisión de cambiarme de especialidad, de guitarra a composición. De todas las decisiones que he tomado o he podido tomar en mi vida, esa fue una de las mejores.
¿Qué es la música de vanguardia?
Tal como lo entiendo, cuando se habla de música contemporánea, o de vanguardia, es aquella que carece de tonalidad, donde todos los sonidos son importantes y en la que la disonancia tiene mucha relevancia. Esta música se empezó a hacer a principios del siglo XX, primero en Alemania y Austria, luego en otros países de Europa, y posteriormente en el continente americano. Entre sus principales exponentes tenemos a compositores como Arnold Schönberg, Alban Berg y Anton Webern. Después de la Segunda Guerra Mundial, en los años cincuenta, tuvieron importancia compositores como Pierre Boulez, Karlheinz Stockhausen, Luciano Berio y Zimmermann.
Mientras que antes, las melodías de Beethoven, Mozart o Brahms, eran mucho más cantábiles, o digamos, agradables al oído, a partir de compositores como Schönberg se empezó a romper esta idea de melodía. Y eso fue evolucionando a géneros y estilos distintos, la música tonal o dodecafónica, la música electrónica, la música electroacústica, la música aleatoria, todos estos tipos de música tienen en común no poseer un centro tonal, no existe un Do o Sol mayor, hay mucha más libertad en el uso de consonancias y disonancias.
¿Cómo fue la experiencia de integrar el grupo de compositores Álea 21, en Puerto Rico?
Álea 21 es un grupo fundado por el maestro Manuel Ceide, y cuya idea sigue siendo la de interpretar música contemporánea o de vanguardia. Por aquel entonces cursaba el segundo año de guitarra clásica. A partir de ese año ellos empezaron a hacer muchos conciertos de ese tipo de música, y yo iba a todos ellos porque me parecían muy interesantes. Durante las clases de cursos electivos con el maestro Ceide, uno de los trabajos finales fue componer una obra con la armonía que se estaba enseñando, que era sobre armonía atonal y de vanguardia. De este modo compuse una obra para percusión, flauta, violonchelo y violín. Esta obra, a la cual llamé Collage, fue la que presenté como proyecto final. Al parecer al maestro le gustó, porque posteriormente él me invitó a presentarla en uno de los conciertos de su grupo. Fue la primera obra que estrené en público.
A partir de ese concierto es que yo, sin que él me lo dijera, me volví integrante de Álea 21, hasta mi último año en el Conservatorio. Compuse y presenté muchas obras, y en algunas ocasiones también fui intérprete de las obras de otros integrantes y compositores invitados para esos conciertos. Fue una experiencia muy interesante. Participar en este grupo me ayudó luego para cuando viniera aquí a Arequipa a formar lo que es Opus XXI.
¿Cómo nace Opus XXI, y cuál es su propósito?
Tras mi retorno a Arequipa, en el año 2009, inicio un taller de música atonal y dodecafónica en el Conservatorio Regional de Música Luis Duncker Lavalle, varios interesados participaron de este taller, allí enseñé muchas cosas que aprendí en Puerto Rico. Y, también les propuse lo mismo: componer obras para el final del taller y presentarlas en un concierto. Entonces ahí surge un primer contacto con algunos músicos, al año siguiente vuelvo a realizar este taller en el Conservatorio, de modo que empiezo a conocer a muchos estudiantes de música que ya componían, pero también a otros que componían por primera vez.
La dinámica se repitió durante esos años, hasta que en el 2011, surge la idea de formar algo que tenga que ver con la composición, no lo tenía muy claro aún, pero contaba con esa experiencia de Álea 21, en Puerto Rico. Además, sentía que, en nuestra ciudad, si habían compositores, todos estaban aislados, que ninguno conocía al otro, y si se conocían no se hablaban, yo sentía ese clima, y evidentemente un ambiente así no ayuda en nada a un músico o a un compositor.
Entonces, conversando por aquel tiempo con una gran amiga mía, Yuliana Martínez, guitarrista (actual integrante de Opus XXI), coincidimos en la idea de agrupar a personas interesadas en la composición, poder reunirnos y hablar de nuestras obras, pero también hacer recitales, así se fue construyendo esta iniciativa. De este modo, terminado el taller de aquel año, decido escribir a todos sus participantes, y también a quienes habían sido parte de él en años anteriores, para invitarlos a una reunión que se llevó a cabo el día sábado 4 de junio del 2011. Allí se compartió esta iniciativa, e incluso ese mismo día surgió el nombre, pero no por mí, sino por Luis Fernando Ruiz, músico participante de aquella reunión, quien propuso el nombre “Opus XXI”, Opus por obra y XXI por el siglo 21.
¿El grupo nació entonces con una orientación estilística guiada por la música vanguardista?
Lo que pasa es que en ningún momento pretendí que el grupo fuera uno que se dedicara solamente a hacer música de vanguardia, porque aquí en Arequipa nunca ha habido esa tradición musical, entonces, si mi pretensión era formar un grupo donde sus integrantes se dedicaran solamente a componer ese tipo de música, probablemente yo y dos más íbamos a ser los únicos que formaran parte de él. Tenía que ser consciente del contexto en el que estaba, de la realidad de la ciudad y el país en el que estaba viviendo. En ese sentido, siendo consciente de la realidad en la que estaba, y siendo consciente de que esa realidad era la variedad musical, no le iba a dar la espalda, sino iba a abrazar esa variedad, en Opus XXI siempre ha habido ese afán e interés hacia la variedad, variedad de estilos musicales de cada compositor.
¿Cómo sintió la acogida del público en las presentaciones que tuvieron con Opus XXI?
En los conciertos de Opus han habido distintos tipos de recepción, hemos tenido conciertos en los que iba bastante gente, sobretodo personas vinculadas al Conservatorio y la UNAS como profesores, amigos o personas que se enteraban de la existencia del grupo; pero también tuvimos otros conciertos en los que iba poquísima gente, casi nadie, entonces digamos que nunca ha habido una llegada a un público masivo, sino un público más reducido, uno que abarcan músicos y estudiantes de música.
La idea central del grupo es aprender todos de todos, el compartir ideas y música entre compositores. Otras intenciones son crear nuestros propios espacios, organizar conciertos para mostrar nuestras obras al público que esté interesado en escucharlas, y porque no, tener a futuro producciones discográficas. Buscamos que el terreno de la composición no esté desolado, sino que exista de ahora en adelante una continuidad. Luego de nosotros vendrán otros que van a continuar la tradición compositiva que Arequipa siempre ha tenido.
Además de Opus XXI ¿en qué otros proyectos musicales ha participado o participa?
Hasta el 2015 mi producción compositiva venía atravesando años difíciles, entonces sucedió que la idea de componer canciones de rock para banda tomó fuerza nuevamente. De esta manera recordé a un amigo que conocí durante mis estudios en el nivel básico, él dominaba muy bien la guitarra eléctrica. Es así que decido contactarle y proponerle la idea de crear canciones. Él estuvo de acuerdo y fue así que empecé a escribir canciones y tratar de llevar algunas ideas los días que nos reuníamos. Poco después se presentó la posibilidad de formar una banda, donde yo interpretaría el bajo electrónico, de este modo surgieron Los Headphones, hablo de José Luis Oppe Delgado, en la primera guitarra, Manuel Paredes, segunda guitarra, Ximena Salas en la voz, y Marco Llerena en la batería.
Con Los Headphones pudimos grabar un disco que se llama Respirar, del cual compuse seis canciones, además coescribí canciones con el guitarrista Manuel Paredes y Ximena Salas, este disco salió en el año 2021, y pueden encontrar sus canciones en plataformas como Spotify, iTunes, Tidal, Youtube, Facebook e Instagram. Después del lanzamiento de este disco, por distintas razones me retiro del grupo y termino dedicándome a profundidad a mi actual proyecto de pop que se llama La Frontera DeSiré, que es un dueto junto a la cantante y compositora Alejandra Estefanero. Estamos lanzando canciones que también se pueden encontrar en Spotify y YouTube.
Estos dos proyectos reavivaron mis ganas de poder componer otra vez, de modeo que en la actualidad conviven a la par estas composiciones de pop-rock con las de música atonal, me divido en dos, a veces compositor de música contemporánea y académica, y a veces compositor de pop-rock, con Los Headphones antes y ahora con La Frontera DeSiré
¿Qué le gustaría decir a personas que estudian o piensan seguir una carrera en la música?
No es un camino fácil, complicaciones y dificultades van a encontrar, pero al fin y al cabo, esta carrera, con todas las dificultades que puede tener, vale la pena. Si han decidido seguir esto, tienen que continuar hasta el final con el nivel de profesionalidad más alto posible, además de mucha responsabilidad y disciplina. Así como cualquier otra actividad humana, la música trae sus complicaciones, pero también sus alegrías y satisfacciones. Si decidiste hacer esto, apuesta por ello y sigue adelante.
Entrevista por Guillermo Miranda