Martes, Noviembre 26, 2024
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Delirios Krónicos. Clásico punk con versatilidad

La banda adaptó su estilo a otros géneros de buena manera

Delirios Krónicos es una de las bandas más infravaloradas de la escena punk subterránea de la década de los 80s. A pesar de su corto tiempo juntos, el grupo tiene algunas canciones con gran distorsión comparables con temas de otros conjuntos icónicos como Narcosis, Leuzemia, etc. Salvo escasas presentaciones, la agrupación no ha tenido una gran cantidad de conciertos después de su separación.

La banda se fundó en 1985, pero se separó al año siguiente. Delirios Krónicos estuvo compuesto por los cantantes Julio César Montero y Liliana Rojas, el guitarrista Mauricio Vargas, el bajista Iván “Zurriburri” Santos (Eter-K) y el baterista Guillermo “Kimba” Vilis (ex-Leuzemia).

El primer concierto de la agrupación se dio el 19 de octubre de 1985 en El Agustino, aún sin el icónico nombre que adquirieron más tarde; ya que se hacían llamar D-76. En aquella ocasión, compartieron escenario con Sociedad de Mierda y Excomulgados, otras bandas del punk subterráneo. Debido a que “Zurriburri” y “Kimba” aún no estaban en el grupo, este show se dio sin bajista, y el baterista era Yodi Ibáñez, amigo de Julio que -en realidad- tocaba cajón.

Su primera participación como Delirios Krónicos se dio en el cassete compilatorio “Volumen II” -de diciembre de 1985- con las canciones “Épocas futuras” y “Silencio Total”; este último tema basa su letra en “Silencio” de Los Shapis. En este trabajo, también estuvieron grupos como Éxodo, Radicales, Sociedad Anónima y muchos más. Para este tiempo, ya tenían a “Zurriburri” (quién se encargó de grabar y escoger las canciones para el material) y “Kimba” en su formación principal.

Durante el corto periodo que duraron como banda, se presentaron en lugares como el Campo de Marte y el centro cultural Magia en Lima. Además, Delirios Krónicos aprovechó este tiempo para realizar una maqueta casera de sus canciones en 1986. Esta tenía temas icónicos, además de los nombrados anteriormente, como “¡Coca Cola es así!” y “El Destripador”.

A diferencia de la gran mayoría de bandas punk subterráneas, Delirios Krónicos prefirió usar letras menos directas, que usaban un lenguaje más literario. Un ejemplo de esto se da en “Danza Ondulante”, una de sus canciones más emblemáticas, que dice:

“Intentaré ver a través del sonido/ este sonido melancólico, estos sueños desgarrados/ Empapados de una música que me arrastra hacia un mundo subterráneo/ Claro, subterráneo”.

Otro factor que lograba diferenciar a la banda era la versatilidad de sus canciones. Mientras que temas como “¡Coca Cola es así!” y “No me gusta” son claramente punk sucio y visceral, “El destripador” tiene un ambiente más dark (recordando a Joy Division) y “Danza ondulante”, una esencia pop.

Lamentablemente, Delirios Krónicos se separó en 1986 y los miembros hicieron su vida propia con otras agrupaciones e, incluso, trabajos distintos. La única reunión que tuvieron posteriormente se dio en 2014 con tres conciertos (18 de octubre, 14 de noviembre y el 12 de diciembre). En estos shows, la banda tuvo a su formación original, exceptuando a Liliana, quién se encontraba en Quito y tuvo que ser reemplazada por Cristina Barreno de Paz (Cromosomas X).

Delirios Krónicos fue una de las bandas que mejor adaptó su estilo a la escena subterránea peruana de la década de los 80s. A pesar de su corta duración y de no tener el reconocimiento del que gozan varias agrupaciones de la época, su sonido supo adaptarse a múltiples géneros musicales.

Por Orly Vides (Orlando Cáceres Vides).

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