El reciente comunicado del Ministerio de Cultura contra la librería Fabla Salvaje S.A.C. por el supuesto uso no autorizado de su logotipo ha generado inquietud en distintos sectores culturales.
La acusación surge apenas horas después de la presentación del libro Violencia de Estado en el Perú, realizada el 27 de febrero en un evento realizado en la librería. Mientras que el Ministerio argumenta que la librería empleó el logo sin autorización, esta última actuó conforme a lo estipulado en la Resolución Directoral N° 000722-2024-DGIA/VMPCIC/MC y en el acta de compromiso firmada con el Ministerio.

El comunicado oficial del Ministerio argumenta que Fabla Salvaje habría empleado su logo sin autorización en material publicitario y redes sociales, señalando incluso la posibilidad de acciones legales por falsedad genérica.
Sin embargo, el acta de compromiso firmada como parte del estímulo recibido establece en su Cláusula Sexta que los beneficiarios deben otorgar crédito al Ministerio en sus materiales de difusión y someter las propuestas gráficas para su aprobación. Esto sugiere que el uso del logo no solo era previsible, sino que formaba parte de las condiciones establecidas.

La coincidencia entre el comunicado del Ministerio y la presentación de un libro que aborda un tema sensible como la violencia estatal ha generado suspicacias sobre si esta acción responde únicamente a un tema administrativo o si existe un trasfondo más político. Para algunos observadores, este tipo de pronunciamientos pueden interpretarse como intentos de censura o intimidación contra espacios independientes de difusión cultural.

Este caso plantea interrogantes sobre la transparencia en la gestión de estímulos culturales y la necesidad de garantías para que beneficiarios de estos fondos puedan desempeñar su labor sin temores a represalias o restricciones injustificadas.
Actualización:
Hasta la fecha de hoy 01 de marzo, la Librería Fabla Salvaje ya lanzó un comunicado oficial frente a la posición del Ministerio de Cultura. Respaldada por un pronunciamiento por parte de las organizaciones Editoriales Independientes del Perú (EIP) y la Asociación Peruana de Liberías Independientes (APLI)
Nota de: Germaín Soto