“Luis Alberto era un dibujante nato y lo hacía de forma casi compulsiva en sobres, servilletas, diarios o cualquier papel que tuviera frente suyo”. Con esas palabras, Catalina, la hija de Spinetta, presentó la primera serie de una colección de dibujos hechos por el músico, llamada “Figuración”, y que actualmente han dejado su medio físico —el papel— para ponerse en subasta pública en formato digital NFT. Nosotros, por este lado, podemos caer en la vorágine del arte digital, y podemos también decir, con el alivio del que constata que algo permanece en ciernes, que en nuestra ciudad el arte todavía verdece y que se acaba de inaugurar una muestra pictórica, en honor a Spinetta, en el hall del Paraninfo de la Universidad Nacional San Agustín. Podemos añadir, además, que aún se hace honor a esto que se dijo en la inauguración de dicha muestra: “El artista, como Spinetta no debe traicionar su arte para llegar a un público masivo”.
Es verdad, resulta curioso que un evento así tenga lugar aquí, a miles de kilómetros de la tierra del Spinetta, en Arequipa, dos lucecitas y una partícula de polvo… ¿Qué forma tiene la música? O, ¿de qué manera se puede expresar visualmente lo que significa para uno ese mundo flotante lírico y melódico de Spinetta? Me imagino que la respuesta es un camino abrupto y nada fácil.
Entre las pinturas expuestas en “Arequipa interpretando a Spinetta” hay algunas que resuelven el dilema con la literalidad. Es decir, en ellas se congela en una imagen algo de lo narrado en la letra de la pieza musical elegida. De esta forma, el artista nos narra algo con la imagen. Otras de las pinturas muestran que se optó por el retrato. ¿Será posible ver una pintura y que nos remita a la música de un autor determinado sin observar el título de la obra? El retrato sacrifica, a mi parecer, el placer que uno experimenta con la sorpresa, con el juego de la interpretación… Ello no quiere decir que la sensibilidad, la técnica empleada y los trazos particulares de cada artista no alcancen a impregnar a las pinturas con esa aura del que habla Walter Benjamin, aquello que hace que una obra de arte sea única.
Mas allí, en medio de toda la gente que se agolpaba por encontrar un resquicio en el que observar con calma cada obra, en medio de la muestra y con la música de Spinetta de fondo, sorprenden pinceladas frágiles sobre una hoja cuadriculada, etéreos naranjas que circundan un redondel de color negro. ¿El vacío? ¿Una tumba?… Más allá, reconozco el trazo de uno de los artistas –“Canción para los días de la vida”– y un mundo propio que invita a perderse… Entonces poco a poco algo se libera, un barquito de papel… y estalla un vibrato de colores brillantes, y “es que las flores y el silencio son cosas [de] amor” y “es que te has impreso en mí como la luz…”.
Definitivamente, la muestra de pinturas que participan de esta exposición producen un sonido interior.
Datos adicionales: La exposición “Arequipa interpretando a Spinetta” estará con nosotros hasta el 6 de febrero, en el hall del Paraninfo de la Universidad Nacional de San Agustín.
Por Gabriela Solorio Naiza