Sábado, Diciembre 21, 2024
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La vida está dura en la calle

He leído con detenimiento los 33 cuentos que hay en este hermoso libro (“La calle está dura”) y me he quedado completamente conmovida; y los poetas, cuando algo nos impresiona mucho, acabamos escribiendo versos: y digo así.

Tenebran en oscuro helado, mis huesos supérstites. Tenebran mis ojos escondiéndose detrás de la mirada. El frío acuchilla, rebana y rebana toda esperanza, impío de mí, impío de ti. La calle está fría y dura. Más frívola y pétrea, como un sueño asesinado.

Los versos a veces intentan retratar la contundencia de un libro. Y este es el sabor que me ha quedado al leer este hermoso constructo, tan desgarrador y realista tomado de las escenas cotidianas, familiares, que nos presenta el autor a través de sus relatos.

Hace 70 mil años los hombres se reunían alrededor del fuego para contar historias, lo hacían para afrontar su realidad, para evolucionar su pensamiento y ese homo sapiens de aquel entonces, en su condición humana, es el mismo de hoy, sólo hemos variado nuestras costumbres culturalmente, ya no estamos alrededor del fuego, estamos frente a una cámara y un público selecto, que se reúne bajo este fuego literario que es el libro de relatos de Sarko Medina LA CALLE ESTÁ DURA.

Los relatos de Sarko se relacionan con la cruda realidad cotidiana; sin embargo, no es lo mismo.  LA REALIDAD NO SE VE A SÍ MISMA, para poder comprenderla mejor hace falta la Literatura. Los relatos nos permiten ver una verdad más detallada, a través de la cual podemos entender una red de relaciones psicológicas, sociales, familiares, políticas, económicas etc. Y estos relatos activan en los lectores mecanismos de transformación; después de leer LA CALLE ESTÁ DURA daremos un giro en nuestra percepción de las calles de nuestra ciudad de Arequipa.

Sobre el autor y su función

Sarko Medina es periodista, nos ha contado en algunas ocasiones y nos ha comentado que ello le permite tener la mano caliente en la escritura. Sin embargo, cuando se trata de Literatura, la función muy distinta, ya lo dijo el escritor Luis Urteaga Cabrera en una analogía entre las funciones que desempeñan el escritor y la lombriz. Ambos llevan una existencia subterránea, el escritor y la lombriz se alimentan de los desechos producidos por los seres vivos y los devuelven convertidos en nutrientes que enriquecen la vida.

El autor, entre los autores de narrativa anteriores y actuales

Todos los que lean este libro, LA CALLE ESTÁ DURA, ya no serán los mismos, después de leerlo. En mis largos años de labor como docente, he leído muchos relatos de autores como Enrique Congrains, Julio Ramón Ribeyro, Oswaldo Reynoso, sobre el realismo urbano y la temática adolescente. Actualmente, sobre esta misma temática encontramos, entre no pocos libros y autores de cuentos y novelas, como El cuarteto de Lima de Alfonso Torres Valdivia, y Vidas de Barro, de César Panduro, y los relatos de Historias al ritmo de Chacalón, de Fernando Carrasco. Son autores que ambientan sus temas en barrios marginales, y cuyos personajes son locos, niños, moribundos, viejos ladrones, drogadictos, alcohólicos, etc.

Análisis de la obra del autor

Los cuentos de LA CALLE ESTÁ DURA narran escenas terribles de la existencia humana, pero no son hechos noticiosos, en los relatos encontramos otras verdades ocultas; como dijera Ricardo Piglia, un cuento, cuenta dos historias, la que se lee a simple vista y la historia secreta que se construye con lo no dicho, con el sobreentendido y la alusión. A veces conversa el autor con el subconsciente del lector. Es así como se cierra el círculo de la creación: El escritor y el lector. Sin lector no hay literatura.

El lenguaje empleado en la obra es sencillo y directo. La temática, se sitúa en escenarios familiares, escolares, juveniles, callejeros, carceleros etc. Dentro de la urbe citadina. Entre los personajes observamos presidiarios, asesinos, violadores, padres y hermanos incestuosos, pandilleros, huérfanos, muchachas solitarias, parricidas, drogadictos, prostitutas, borrachos, adolescentes envueltos en el mundo de las pandillas, con una puerta de entrada, sin puerta de salida, como Sarko cita al extraer letras de la canción “Memorias”, tema de Daniel F.

En los intersticios de la construcción de los personajes de esta obra, hallamos precisiones de aspecto psicológico, como un subproducto del deterioro integral de la sociedad y la atmósfera en la que se desenvuelven las historias, lo que le da densidad conceptual a los cuentos.

Sin duda las historias que fricciona Sarko Medina superan lo puramente anecdótico, tienen abundante caracterización del habla peculiar de los personajes que proceden de tales grupos humanos, cuyas vidas parecen no valer nada, en una atmósfera de desesperanza, que nos invita a reflexionar de una manera profunda sobre los límites de la crueldad humana. Sin duda, “la realidad supera la ficción”.

En todos los relatos podemos hallar la apertura del horizonte social, de un grupo humano decadente en valores morales, que vive al margen de la ley, con las leyes de su propia comunidad marginal. Pero precisamente, al colisionar, en las historias, las leyes propias de los grupos marginales con las leyes formales que legalizan y justifican una existencia asimétrica, nada igualitaria, surge un atisbo, quizá precario, de conciencia de los personajes, sobre el hilo político que conduce las riendas de la sociedad.

En LA CALLE ESTÁ DURA el autor demuestra un buen manejo de las técnicas de la narración, como: los giros sorprendentes al final de los relatos, a manera de punchline o anticlímax, propio de los finales “de efecto” en la narración breve. Otra técnica que es posible apreciar es la del “final abierto”, en donde el lector puede imaginar ¿qué pasará luego? En fin, un derroche de técnicas narrativas contemporáneas como la circularidad, el flash back y otras que los lectores seguirán descubriendo.

Cabe destacar que un eje transversal que atraviesa toda la obra es el alto grado de espesor psicológico, que le ha impregnado a cada uno de sus personajes. Citaremos p. ej. el cuento LA CHICA QUE QUERÍA SER SALSHun amigo le pregunta a otro, ¿por qué terminaste con esa chica?…  “la espina de la pregunta se le clavó. Algo en su interior le reveló que muchas de sus actitudes autodestructivas, tenían su raíz, en ese final abrupto de esa relación amorosa y el no saber por qué, ella rompió aquella relación”. Y así muchos detalles que se van descubriendo con las lecturas.

Otro aspecto es que los personajes se encuentran en nuestra región Arequipa; como la prisión de Socabaya, Alto Misti, Ciudad de Dios, Mariano Melgar, las calles de Dos de Mayo, sus zonas rojas, etc.

Otro detalle muy emotivo son los epígrafes en cada parte del libro. El libro tiene siete partes. Al iniciar cada una, el autor cita la letra de canciones de Agua Marina, Daniel F, Chacalón y la Nueva Crema, Los Saicos, Los Shapis, Los Mojarras, y muchas más; cuyas letras tienen que ver con una sociedad decadente, que se aferra al alcohol como tabla de salvación y euforia violentista, para descargar la frustración social: Matar, romper, incendiar.

En conclusión, corresponde a los lectores hallar un sinfín de lecturas en este valioso libro que nos servirá para una reflexión crítica sobre cuán dura está la calle, y sólo mirando lo oscuro y esa subterránea existencia, podremos valorar un mundo mejor. Y al mismo tiempo, estamos seguros, situará a Sarko Medina en una línea de avanzada en el concierto de nuevos narradores peruanos. Le deseamos éxito a nivel nacional y global. Los invito a salir del recinto con su libro bajo el brazo.

Por Esther Villafuerte.

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