En un panorama donde la producción cinematográfica suele ser vista como un engranaje técnico y logístico, Isabel Madueño Medina demostró que producir puede ser un acto de resistencia, un ejercicio íntimo de creatividad y un pulso vital para la esencia de una obra cinematográfica. Su taller “Contra el tiempo y la forma: tejiendo producción creativa desde Latinoamérica”, realizado en el marco del Encuentro Latinoamericano de Cine de No Ficción Corriente, se erigió como un manifiesto de la capacidad transformadora de la producción cinematográfica.
Con una trayectoria de más de 15 años en el ámbito audiovisual, Isabel ha sido cofundadora de DocuPerú, una organización que promueve procesos documentales descentralizados con un enfoque colectivo e intercultural. Su experiencia en proyectos como El Archivo Bastardo, La Memoria de las Mariposas y Los Espectadores la ha consolidado como una figura clave en la producción independiente latinoamericana. Este taller, celebrado en tres sesiones entre el 26 y el 28 de noviembre, permitió a los asistentes adentrarse en los principios que han guiado su carrera.
La producción como acto de creación
El taller se centró en desmitificar la percepción del productor como un simple gestor de recursos. Isabel dejó claro que la producción, especialmente en Latinoamérica, no es solo una cuestión de logística, sino también un eje fundamental para nutrir y potenciar la visión del director. Este enfoque implica no solo asegurar financiamiento y resolver desafíos técnicos, sino también crear un espacio donde las narrativas encuentren su máxima expresión.
Uno de los puntos más destacados fue su reflexión sobre la importancia de la relación entre productor y director. Según Isabel, entender al director no solo en términos profesionales, sino también en su sensibilidad, es esencial para construir un proyecto que no traicione sus raíces creativas. Esta relación, que muchas veces se torna casi simbiótica, fue ejemplificada con su experiencia en El Archivo Bastardo, un documental poético que explora las memorias de un padre y una hija a través del lenguaje experimental.
El título del taller, “Contra el tiempo y la forma”, no es casual. En un contexto dominado por estructuras rígidas e institucionalizadas que condicionan la creación cinematográfica, Isabel aboga por una producción que sea, ante todo, un espacio de rebeldía. Para ella, cada película debe tejer sus propias reglas, respetar sus propios ritmos y, sobre todo, permanecer fiel a esa chispa inicial que llevó a su creación.
Durante las sesiones, los becarios del taller pudieron conocer cómo Isabel ha transformado limitaciones presupuestarias y logísticas en oportunidades para experimentar y repensar las formas narrativas. Su capacidad para encontrar poesía en lo práctico y convertir cada obstáculo en un motor creativo resonó profundamente entre los asistentes.
Si algo quedó claro a lo largo de las sesiones es que Isabel Madueño no solo es una productora excepcional, sino también una mentora capaz de inspirar a las nuevas generaciones de cineastas a replantearse su rol en el proceso creativo. Su taller no fue un manual de técnicas, sino un espacio para reflexionar sobre la profundidad del oficio, para reconocer que producir cine en nuestra región no es solo un trabajo, sino una misión cargada de sensibilidad, humanidad y resistencia.
La experiencia de este taller trasciende lo académico. En cada palabra de Isabel, en cada ejemplo de sus proyectos, se vislumbró una verdad esencial: en Latinoamérica, producir cine es mucho más que crear películas; es construir puentes entre la realidad y la imaginación, entre las limitaciones y las posibilidades. Es, en última instancia, tejer historias que nos permitan reconocernos y resistir frente al olvido.
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Redactado y locución por: Carlos Mauricio Alvarez @ambrossiox