Solo en 2024, más de 5.900 menores entre 12 y 17 años fueron atendidos en centros del Ministerio de Salud por trastornos e intoxicaciones relacionados con el alcohol. El aumento supera el 50% respecto a 2019. Para especialistas, el acceso temprano a estas bebidas como Four Loko y su consumo acelerado son síntomas de una cultura etílica juvenil en expansión.
Four Loko, importado desde 2019, ha multiplicado por 13 su ingreso al país. Con presentaciones que alcanzan el 14% de alcohol por lata, y versiones en gelatina de 8%, la marca utiliza redes sociales para posicionarse entre menores, incluso con publicidad que viola la ley peruana: retos para beber en segundos, imágenes de personajes infantiles y el uso de menores en sus publicaciones.

“La probabilidad de desmayarse o vomitar por tomar una sola lata es alta”, advierte el psicólogo Ronnie Rengifo. A esto se suma la denuncia de especialistas como Jaime Delgado, quien calificó como “ilegal” el uso de imágenes de niños para promocionar el producto.
A pesar de que la Ley 28681 prohíbe la publicidad de alcohol dirigida a menores y sanciona el suministro gratuito en vía pública. Four Loko ha organizado retos callejeros y activaciones en playas con total impunidad.

Para Milton Rojas, de Cedro, el problema se agrava por la falta de control estatal: “En Perú, la edad de inicio de consumo de alcohol es de 13 años, pero no hay fiscalización real. El acceso es fácil y las campañas de prevención son insuficientes”.
Mientras crece la popularidad de esta “fiesta en lata”, el país enfrenta un fenómeno silencioso: una generación que normaliza el exceso, minimiza los riesgos y accede al alcohol cada vez más joven, sin protección ni regulación efectiva.
Redacción por Germain Soto