La Fiesta de la Música es un evento mundial nacido en Francia en 1982, que se realiza cada 21 de junio para celebrar el solsticio de verano en el hemisferio norte y dar libre espacio a la música en calles y plazas. En Arequipa, la Alianza Francesa lo organiza desde hace años, y en esta edición 2025 logró reunir a artistas de diversos géneros, edades y trayectorias.
La programación del viernes en Umacollo fue particularmente vibrante: se presentaron músicos muy esperados como Baião, Lázaro Suplika Dopamina, 380, Frieda desde Francia, La Mente y el mítico grupo amazónico Los Mirlos.
Uno de los momentos más impactantes de la noche llegó temprano con la presentación de Frieda que presentó una puesta en escena cargada de teatralidad: vestimenta fuera de lo común, efectos de humo, luces, y una presencia escénica hipnótica. Su música transita entre el pop alternativo, el soul y el rap íntimo, con letras que abordan temas personales desde una narrativa honesta y emocional.
Poco después, subió al escenario la banda arequipeña 380, que venía generando expectativa en la escena local desde hace varios meses. De repente, se abrieron paso dos simios gigantes en el escenario y entre ellos apareció Lucía, la vocalista de la banda, quien inició la presentación con un cover de “Demoler”, canción de Los Saicos, banda protopunk limeña originaria del distrito de Lince. El público coreaba clásicos de la banda como “Clonazepam”, “Sin parar” y, especialmente, “Estoy cansada” acompañada de El Mago Lo Hizo De Nuevo.
La noche siguió con el show de La Mente, banda reconocida por su sonido bailable y letras cargadas de crítica social, introspección y fiesta. Uno de los puntos altos fue la interpretación de una canción con el lema “Hay que destruir para volver a construir”, una frase que evoca a la banda Narcosis y que resonó profundamente entre los asistentes.
Cuando la noche ya estaba encendida y el público completamente entregado, llegó el turno de los grandes: Los Mirlos. El grupo amazónico, pionero de la cumbia psicodélica en el Perú. Temas emblemáticos como “La danza de Los Mirlos”, “El lamento de la selva”, “Sonido amazónico” y “Eres mentirosa” fueron coreados por una audiencia entusiasta, cerrando con broche de oro una noche que se sintió como un puente entre generaciones, sonidos y territorios.