Jueves, Septiembre 12, 2024
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“Lina de Lima”, exploración emocional de la mujer migrante

La película se estrenó en el Festival Internacional de Cine de Toronto 2019, posteriormente en Perú. Durante esta semana se proyectó en el Teatro Umbral de Arequipa.

“Lina de Lima”, una coproducción argentina-peruano-chilena, dirigida por María Paz Gonzales, es la historia de una inmigrante peruana en Chile (interpretada por Magaly Solier) que entre la nostalgia y la resignación afronta sus mundanos problemas, tiene un hijo, una familia a la que visitará por Navidad.

Durante las últimas décadas, tanto en Latinoamérica como en el resto del mundo, aparecieron diversos largometrajes que abordaban el tema de la mujer migrante, donde la protagonista se enfrentaba a la desigualdad económica o social, y en ocasiones étnica o de género. Aquellas cintas resultaron una novedad primero, posteriormente una obviedad, finalmente un lugar común donde dramatizar en exceso es el argumento.

“Lina de Lima” es refrescante en dichos términos, no recae en el tópico o imaginario de las películas que dramatizan a un migrante, niega al espectador victimizar a Lina (protagonista de la cinta) y por el contrario nos permite acompañarla en la mundanidad de su vida cotidiana, que es encantadoramente coloreada por sus vividos sueños.

La película no busca abordar la migración desde una perspectiva social (como se le ha presentado), sino es una exploración al mundo interior del migrante, hacia la sensación de vacío y extrañeza que la distancia puede generar. Todo representado mediante el contraste del monótono mundo de Lina con lo vívido de sus sueños. Se explora sus emociones.

Los colores utilizados son notables, al igual que la fotografía, escenografía e iluminación, todas creativas. Pero estas armonizan particularmente con la musicalización, atractivas escenas donde se cristaliza, lo que he llamado, el ‘costumbrismo postmoderno’.  

Todas las escenas musicales poseen un potente mensaje, evocan el ‘realismo mágico’ como sello latinoamericano, y conjuran una alegre nostalgia por la familia y patria añorada. Los géneros musicales abordados son los más representativos del Perú, donde Lina canta y viste con rítmico y melodioso aliento por su desconsuelo, y se anima con ‘Ati Sajmi’ (puedo hacerlo), o conmueve con ‘En tus fotos yo llore’, o ´Panalivio [alivio para las penas] Sambé’.

La película también aborda la otredad, la soledad, el despertar sexual y la maternidad desconsolada (mediante la relación de Lina con su hijo y Clara). Lina representa la desafortunada ventura de miles de peruanos (al igual que haitianos) en Chile, que buscan mitigar el anhelo por los dólares. Y la elección de Magaly Solier para encarnarla es atinada. La angustia, el vacío y la inquietud transitan naturalmente por su rostro.

“Lina de Lima” es un punto desacostumbrado para el cine peruano. Tiene cierta comicidad pintoresca. Lo musical es el corazón de la cinta. Uno de los puntos débiles es que el mensaje no es fijo. La trama es un poco endeble. Es la primera película de ficción de Paz Gonzales. Vale la pena ser su espectador.

Por: Rivaldo Vásquez

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