“Florecer en el deceso” es el nombre de la nueva exposición de arte de Marita Chávez Paredes. Desde su inauguración el 10 de julio, la obra continuará exhibiéndose en la galería de la Alianza Francesa de Arequipa durante el mes de julio y principios de agosto. Con un carácter de técnicas mixtas, el arte de Marita no puede dejar indiferentes a los visitantes, al menos en cuestión de habilidades y contenido.
Como bien lo plantea el texto curatorial, que la misma artista realiza, la obra viaja sobre lo visceral para contar un proceso de renacimiento a través del dolor. Los cuadros siguen al pie de la letra—a veces muy fervientemente—este planteamiento. Observamos flores que nacen de ojos, heridas en las muñecas, pechos, piernas y hierbas que se enredan en el cuerpo o explotan desde el vientre.
No hay una técnica que sobresalga más que la otra. Tenemos instalación audiovisual, pintura convencional de óleos y técnicas de fotografía alternativa como la cianotipia. Yo, particularmente, me encandilo más por lo fotográfico. Marita Chávez ha logrado experimentar a altos niveles con sus técnicas y herramientas; lo que, finalmente, lleva a una contemplación de la obra más profunda. Contemplación que se ve guiada y apoyada por formatos grandes.
Sobre el contenido de la obra, puede que a simple vista pueda parecer un gran conjunto de obras que plantean cuerpos humanos y flores. Sin más, pero no es así. La variedad técnica viene acompasada de variedad temática. Sin perder el hilo de su tema central, la artista juega con la procedencia de la herida, el simbolismo de la ubicación, la posición del cuerpo, los tipos de flores o plantas, el juego de sombras y las perspectivas frontales que nos colocan frente a frente con el dolor o herida.
La exposición es sólida, no pretende ser más de lo que es, pero es sincera consigo misma. Sobre su temática, sostenida por Freud, Spielrein y Frazer; abarca las posibilidades de las herramientas, composiciones, temas y posibles mensajes.