Arequipa vivió un momento histórico con el Festival Enfoca, un evento que, pese a un presupuesto modesto, logró consolidarse como uno de los hitos más destacados en la historia reciente de la fotografía en la ciudad. Desde el primer día, quedó claro que Enfoca no sería un simple festival, sino un espacio donde convergerían pasión, técnica y reflexión en torno al arte fotográfico.
La jornada inaugural estuvo marcada por el visionado de portafolios, un ejercicio en el que fotógrafos en formación y autodidactas presentaron sus proyectos a un trío de expertos: Alonso Tejada, Conrado Aguilar y Andrés Morales. Este intercambio no solo permitió a los participantes recibir valiosas perspectivas, sino que también evidenció la pluralidad de enfoques que la fotografía actual puede adoptar. En las aulas del Instituto Thomas Jefferson se respiraba una mezcla de nervios y emoción, mientras se analizaban imágenes cargadas de intenciones y narrativas visuales.
El festival continuó con una serie de exhibiciones que atrajeron tanto a especialistas como al público general. La muestra de fotolibros fue un punto de inflexión, con ejemplares que iban desde clásicos como Retratos de Mario Testino hasta títulos profundamente significativos como Yuyanapaq y Ciertos Vacíos, que abordan las cicatrices del conflicto armado en el Perú. Estas publicaciones recordaron a todos los asistentes la capacidad de la fotografía para narrar historias con un peso emocional y documental difícil de igualar.
Otra exhibición destacada fue la de cámaras analógicas de la colección privada de Antonio Aguirre, quien además presentó la ponencia “De la cámara oscura al mundo digital”. Aguirre mostró piezas que parecían reliquias de otro tiempo, pero que, al mismo tiempo, subrayaban la permanencia de la fotografía analógica como una disciplina vigente y valorada.
Los talleres ofrecidos en el festival demostraron que la fotografía es tanto un arte como una técnica en constante evolución. La cianotipia, dirigida por Mauricio Ambrosio y Gerardo Matos, y la fotografía estenopédica, a cargo de Antonio Aguirre, permitieron a los participantes experimentar procesos tradicionales que conectan lo manual con lo creativo. Cada taller se convirtió en un pequeño laboratorio de ideas donde los asistentes exploraron las raíces de la fotografía mientras encontraban nuevas formas de expresión.
A partir de las dos de la tarde, el festival se transformó en un torbellino de ideas. Los paneles y ponencias ocuparon diversos espacios, cada uno más interesante que el anterior. El panel “Desarrollo y vigencia de la fotografía analógica”, con Andrés Morales, Jimmy Tapia y Mauricio Álvarez como moderador, fue un punto de encuentro entre la nostalgia y la contemporaneidad, atrayendo incluso a aquellos que jamás habían tomado una cámara de carrete.
De igual impacto fueron las ponencias de Alejandro Belan y Ros Postigo. Belan, con “Fotografía en la revista Life y la época dorada de la fotografía del sur”, ofreció un recorrido fascinante por los momentos de gloria de este arte en la región. Postigo, en cambio, con “Conservación y análisis de la fotografía”, recordó a todos la importancia de preservar este legado para las generaciones futuras.
La mesa redonda “Perspectivas femeninas en la fotografía” fue un evento particularmente conmovedor. Las fotógrafas Ros Postigo, Mayra Rivera, Solanch Corrales, Maritza Suma y Pamela Cárdenas compartieron sus experiencias y desafíos en un campo históricamente dominado por hombres, moderadas con sensibilidad por Claudia Delgado.
El Festival Enfoca cerró con dos ponencias simultáneas: Conservación firme que hay de archivo de Edward de Ybarra y La reinterpretación de la fotografía de Conrado Aguilar. Este final, lleno de opciones para los asistentes, fue un reflejo de la riqueza y diversidad del evento.
Al despedirse del festival, los asistentes no solo se llevaban aprendizajes y reflexiones, sino también la certeza de haber sido parte de algo extraordinario. Enfoca demostró que, con pasión y un trabajo colaborativo, es posible alcanzar la excelencia, incluso con recursos limitados. Este evento, sin duda, quedará grabado en la memoria de Arequipa como un homenaje a la fotografía y su poder transformador.
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Redactado y locución por: Carlos Mauricio Alvarez @ambrossiox