En los últimos meses, el sector cultural en el Perú ha sido escenario de crecientes denuncias sobre presunta censura y restricciones a la libertad de expresión. En medio de esta polémica, el Ministerio de Cultura, encabezado por Fabricio Valencia Gibaja, no ha respondido públicamente a estos señalamientos, mientras distintos actores culturales advierten sobre medidas que podrían afectar la libertad de expresión en el sector.
Un ministerio bajo la lupa
Fabricio Valencia Gibaja asumió el Ministerio de Cultura en septiembre de 2024, en reemplazo de Leslie Urteaga. Abogado por la Pontificia Universidad Católica del Perú, con una maestría en Museología y Gestión Cultural por la Universidad Ricardo Palma y un posgrado en Patrimonio y Turismo Sostenible en Argentina, Valencia ha trabajado previamente en el ministerio como asesor y participó en la elaboración del reglamento de la Ley General del Patrimonio Cultural de la Nación. Sin embargo, su gestión ha sido cuestionada por su aparente falta de acciones en favor del sector cultural.
Uno de los episodios más recientes de supuesta censuara, es el del escritor Rafael Dumett, ganador del Premio Nacional de Literatura 2024 con su novela “El camarada Jorge y el Dragón”. Dumett ha denunciado que el Ministerio de Cultura no le ha entregado el reconocimiento correspondiente ni le ha informado sobre una ceremonia de premiación. “Solo dije que Boluarte terminará en la cárcel, y ahora el Ministerio de Cultura no me entrega mi premio”, declaró el autor.

Otro caso que ha encendido las alarmas es el de “Fabla Salvaje”, una librería independiente y casa cultural ubicada en Arequipa. Este espacio ha sido reconocido por fomentar la literatura y el pensamiento crítico en la región, organizando presentaciones de libros y encuentros culturales.
Sin embargo, el Ministerio de Cultura presentó una denuncia penal en su contra por el presunto uso no autorizado de su logo en la promoción de un evento, a pesar de que este espacio cultural había sido beneficiario de un estímulo económico otorgado por la misma institución,lo que ha generado cuestionamientos sobre una desconexión en las decisiones del ministerio respecto al apoyo a estos espacios culturales.
Además, algunas librerías y editoriales han expresado su preocupación por medidas implementadas desde el Ministerio de Cultura, las cuales, según señalan, incluyen la solicitud de información previa sobre las actividades que organizan y los expositores que participan en ellas. Esto ha generado inquietud en el sector, pues consideran que podría afectar la autonomía de los espacios culturales independientes.
El sector artístico también ha enfrentado cuestionamientos en torno a la libertad de expresión. En enero de 2024, la Policía Nacional del Perú (PNP) denunció a un caricaturista del diario La República tras la publicación de una ilustración crítica hacia la institución. Organismos de prensa han advertido que este tipo de medidas pueden sentar un precedente negativo para el ejercicio del periodismo y el arte en el país.
Silencios y pronunciamientos
A pesar de la creciente presión para que el Ministerio de Cultura se pronuncie sobre estos casos, Valencia Gibaja ha mantenido silencio. Sin embargo, en febrero de 2025, publicó un video en redes sociales en el que expresó su respaldo al ministro del Interior, Víctor Torres, quien enfrentaba un proceso de censura en el Congreso. “Nuestro país necesita unidad en tiempos difíciles, respaldo totalmente la labor del ministro del Interior”, afirmó en su mensaje. Este gesto ha sido interpretado por sectores culturales como una muestra de sus prioridades dentro del gabinete ministerial.
Mientras tanto, escritores, artistas y gestores culturales han expresado su preocupación ante lo que consideran una falta de garantías para la libre creación y posibles restricciones en espacios culturales independientes. La ausencia de un pronunciamiento claro por parte del Ministerio de Cultura ha generado inquietud, pues algunos actores culturales consideran que el sector enfrenta cada vez más obstáculos para su desarrollo y autonomía.
Artículo de: Jessimiel Rosas Callata