El 7 de mayo de 2025, India lanzó una serie de ataques aéreos denominados “Operación Sindoor” contra objetivos en Pakistán y en la región de Cachemira administrada por Islamabad. Esta acción fue una represalia directa por el atentado del 22 de abril en Pahalgam, donde murieron 26 civiles según, en su mayoría turistas hindúes. El grupo The Resistance Front, vinculado a Lashkar-e-Taiba, se atribuyó el ataque, según reportes recogidos por The Hindu.
El gobierno indio ha acusado reiteradamente a Pakistán de respaldar a estos grupos armados, una afirmación que Islamabad ha rechazado categóricamente. El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Pakistán declaró a Dawn News que «India lanzó tres proyectiles sobre Amritsar para implicar a Pakistán».
Desde la partición de la India británica en 1947, ambos países han disputado la región de Cachemira, lo que ha provocado tres guerras y numerosos enfrentamientos. En 2019, la decisión del gobierno del primer ministro Narendra Modi de revocar el estatus especial de Jammu y Cachemira intensificó las tensiones, de acuerdo con un análisis del Council on Foreign Relations (CFR).
Según fuentes oficiales del Ministerio de Defensa de India citadas por NDTV, los ataques aéreos se dirigieron a nueve ubicaciones estratégicas, incluidas Bahawalpur y Muridke, donde se presume que operan infraestructuras de grupos como Jaish-e-Mohammed y Lashkar-e-Taiba. Reportes preliminares de medios locales como Geo News y The Times of India indican al menos 31 muertos y 57 heridos. El gobierno pakistaní ha afirmado que entre las víctimas hay civiles, y ha acusado a India de bombardear zonas residenciales y mezquitas.
En respuesta, las Fuerzas Armadas de Pakistán informaron haber derribado cinco aviones indios y pusieron en alerta máxima a sus unidades. La televisión estatal PTV News reportó también enfrentamientos con artillería a lo largo de la Línea de Control (LoC), donde se registraron nuevas víctimas civiles en ambos lados.
La comunidad internacional ha manifestado su preocupación. Voceros del Departamento de Estado de EE.UU., la Unión Europea, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China y el Kremlin han instado a la contención y al retorno a la vía diplomática, según informes de Reuters y BBC World News.
La tensión se agravó aún más luego de que India anunciara la suspensión unilateral del Tratado de Aguas del Indo, un acuerdo histórico que regula el uso compartido de los ríos de la región. El tratado, mediado por el Banco Mundial en 1960, es clave para la seguridad hídrica de Pakistán.
La operación india y la posterior respuesta pakistaní han reavivado un conflicto latente con implicancias regionales e internacionales. Se puede evidenciar mediante el tratamiento periodístico que la diplomacia global se moviliza para evitar una escalada mayor entre dos potencias nucleares.