Ruth Shady Solís, arqueóloga peruana, lidera desde hace más de tres décadas el Proyecto Especial Arqueológico Caral-Supe. En 1994, descubrió la Ciudad Sagrada de Caral, ubicada en el valle de Supe, al norte de Lima. Este asentamiento, con más de 5,000 años de antigüedad, es considerado la civilización más antigua de América. Gracias a sus investigaciones, la UNESCO declaró a Caral como Patrimonio Mundial en 2009.
La Ciudad Sagrada de Caral es un sitio arqueológico de gran importancia histórica y cultural. Sin embargo, su integridad se ve amenazada por el accionar de traficantes de terrenos que buscan invadir y lotizar ilegalmente las tierras aledañas. El valor de estas tierras ha aumentado significativamente, pasando de $6,000 a más de $38,000 por hectárea, según testimonios que Ruth Shady compartió en una entrevista para Canal N.
Amenazas continuas desde hace años
Desde hace años, Shady y su equipo reciben amenazas de muerte, agresiones físicas y hostigamientos. En enero de 2021, Shady denunció que un grupo vinculado al tráfico de tierras expresó abiertamente su intención de asesinarla. “Llamaron al abogado [del espacio arqueológico] para asustarlo. Le dijeron que si seguía haciendo la defensa como yo le indicaba, lo iban a matar. Igual que a mí. Que nos iban a dejar cinco metros bajo el suelo”, declaró a BBC News Mundo .
“Antes teníamos siquiera en Caral 5 policías, y también el Gobierno Regional compró un vehículo para que pudiese trasladarse la policía, nos construyeron “la casa del policía” […] y trabajábamos tranquilos, pero lamentablemente en los últimos tiempos, no con este gobierno, sino desde antes nos dejaron sin policía, no tenemos ni siquiera uno”
Señaló la directora del Proyecto Especial Arqueológico Caral-Supe, también criticó la falta de acción de las autoridades locales y regionales, que priorizan otras zonas como las playas y no destinan recursos a proteger el patrimonio cultural. “En Supe el jefe policial me dijo que su prioridad era proteger a los que iban a la playa”, indicó .
Además, alertó que los turistas extranjeros han sido víctimas de asaltos en las carreteras de acceso al valle, un hecho que daña la imagen del país y pone en riesgo el desarrollo sostenible del turismo cultural.

