Por: Orly Vides (Orlando Cáceres Vides).
El viernes 6 de mayo Paolo Joaq, Chris FM y Fertakiri retumbaron en el escenario en la avenida Dolores. En este concierto, hubo la fusión de tres grandes solistas con sonidos distintos pero con un espíritu musical impresionante. Además de estar acompañados por sus respectivas bandas, el público vibró con cada canción que tocaron los intérpretes.
Baile Rockero
El concierto arrancó a las 8:40 pm, cuando Paolo Joaq terminó su prueba de sonido y empezó a tocar “Learn To Fly”, emblemática canción de Foo Fighters con la que empezó a ganarse al público rockero dentro del bar. Después de esto, siguió su concierto con temas demoledores que, uno a uno, parecían balas que penetraban los oídos de los asistentes.
Uno de mis momentos favoritos del show de Paolo llegó cuando, al terminar un tema que no recuerdo muy bien, empezó a sonar la línea de bajo de “Feel Good Inc.” de Gorillaz. Sin embargo, esto solo fue un amague que nos llevó a “Holiday” del grandioso “American Idiot” de Green Day. También recuerdo el efusivo canto de Joaq en “You Oughta Know” de Alanis Morissete.
Paolo también demostró su versatilidad al sacar una versión rock de “Tacones Rojos” del colombiano Sebastián Yatra. Después tocó “Baile Erótico”, tema propio con el que creó un ambiente más suave y lento (podría decir que hasta seductor). Su presentación finalizó con “Enjoy the Silence” de Depeche Mode, una de mis canciones favoritas, que supieron llevar a su propio terreno con un espectacular solo de batería y una potente interpretación.
Una noche de colores
A las 9:30 pm terminó Paolo, y Chris empezó a hacer sus pruebas de sonido. Justo cuando yo estaba desprevenido, sonó la batería y el show comenzó. No soy un asiduo fanático de la música indie, pero los temas que sonaron fueron increíbles. A pesar de ser de su antigua banda Audiomania, “Devuélveme mis Vans” fue una de las canciones que más disfruté, ya que todos los instrumentos destacaron.
Otro de los temas que destacó fue “Un Día Gris”, que -en mi humilde opinión- es uno de los que suena mejor en vivo que en los audífonos. Esto debido a que la voz de Chris alcanzó notas impresionantes, y sabías que cantaba con el alma gracias a esa performance que mostró. Desde acá, solo escuchaba aplausos cuando Chris acababa una canción.
Seguidamente, Chris se dio la molestia de tocar una canción inédita (en otras palabras, que aún no había salido en ninguna plataforma). Estoy escribiendo sobre “El umbral del amor”, tema que todavía no sale, pero que tiene una vibra relajada y romántica que me agradó.
Para terminar su presentación, tocó su tema más sonado (él mismo lo reconoció en aquel momento), “Cuando me besas”. Este demostró la versatilidad de Chris al componer, debido a las influencias de chicha que no se pierden con los guitarrazos que hubo en algunos puntos de la canción. Estos dieron un gran ambiente junto con las luces de colores que había en el local.
El Rock No Puede Parar
Después de escuchar a dos grandes intérpretes, a las 11:19 pm Fertakiri apareció con toda su banda. Su primera canción fue “El Rock No Puede Parar”. Esta me recordó a una versión modernizada de los antiguos temas de rock&roll de los 50 ‘s, con una vibra potente que me envolvió desde el primer momento. Pero, sin duda, mi favorita del artista en este show, fue “Chau Mi Amor”, que arrancó con una de las mejores introducciones del rock arequipeño (otra vez, en mi humilde opinión).
Otro de los momentos memorables del show fue cuando Fer contó la historia de “Kimberly”, canción inspirada en Chabelos y 6 Voltios según el artista. Por supuesto, si se sintieron los guitarrazos heredados de ambas agrupaciones, al mismo tiempo que las carcajadas que podría sacar cualquier tema de la primera de las bandas.
Después, uno a uno sonaban los temas de Fertakiri. Canciones como “Subordinado”, “Atrapado” y “Mi Lugar” (la cual dedicó a Arequipa) se escucharon de una manera fuerte, con una distorsión impresionante. Esto gracias a Fer y a su banda, la cual explotaba con mucha actitud y poder cada que le daba la gana.
Hay rock arequipeño para rato
Un cuarto de hora después de la medianoche, todo acabó. Los tres intérpretes empezaron a tomarse fotos con sus seguidores y personas ajenas que visitaban con normalidad aquel local. Empieza a sonar la música del bar y la gente se para a bailar. Yo me quedo a conversar un rato sobre música y bandas, para después irme y pensar en la cantidad de agrupaciones arequipeñas que hay y todas las que el público podría apoyar si las escucha más veces.