Carlos López Degregori prefiere los poemas en prosa. Su nuevo libro es un tratado sobre la muerte, constituido por 32 textos en prosa y una coda. Lleva por título “Variaciones Victoria” y es un poemario de tono fúnebre publicado por la editorial Máquina Purísima, donde nos narra siniestras anécdotas a raíz del regalo de un cráneo humano, a quien —al desconocer el sexo— decide llamar Victoria.
A propósito de esta novedad editorial, dialogamos con el poeta Carlos López Degregori sobre los detalles de su libro y a cerca del proceso que lo llevó a escribirlo.
¿Cómo surgió el concepto de su libro “Variaciones Victoria”?
Victoria es un cráneo, lo tengo en el estudio de mi casa entre los libros. Un amigo, médico, me lo regaló hace 30 años puesto que lo usaba para sus estudios de anatomía. Al principio, este objeto me golpeaba, pero poco a poco lo fui aceptando, como una parte de lo que nosotros somos. Así surge la temática del libro, que lejos de ser fúnebre, en realidad es una exploración sobre la muerte, el tiempo y el sentido de la existencia.
¿Considera que el cráneo le sirvió de inspiración?
En realidad, considero al cráneo como un punto de reflexión.
Sobre el formato que ha utilizado para escribir “Variaciones Victoria” ¿A qué se debe su inclinación por éste?
El formato que en este momento me parece apropiado para lo que quiero explorar y desarrollar, es el poema en prosa. Éste permite incorporar una serie elementos distintos: narrativos, testimoniales, ensayísticos y otros estrictamente poéticos. Se logra un discurso flexible, por eso me interesa y estoy guiando mi escritura por ese camino.
También es conocido por su paso por la docencia, sin embargo, hace poco se retiró de las aulas universitarias ¿Esto ha influido en el ejercicio de su escritura?
La docencia y la escritura siempre fueron habitaciones distintas dónde me muevo, que tienen puntos de contacto y umbrales que me llevan de un sitio a otro. Enseñé durante muchísimos años en estudios generales, y lo hice hasta diciembre del año pasado. Sentía que debía cerrar mi ciclo docente, me retiré y ahora me encuentro en un período de contemplación.
En este período de contemplación… ¿Cuáles son los proyectos que tiene actualmente?
Con la poesía nunca se sabe, uno no decide escribir de un momento a otro. La poesía es un acontecimiento que se presenta en determinados momentos y coordenadas, en una encrucijada determinada. Imagino que, si la inspiración regresa, seguiré escribiendo. Tengo algunos apuntes que podrían convertirse en algo interesante más adelante o quizás quedarse en el camino. Uno nunca sabe con la poesía, como dice una frase de César Vallejo: «Hay que ser poeta hasta el punto de dejar de serlo».
Por: Adriana Ilasaca