El dilema de Studio Ghibli
«La inteligencia artificial ha irrumpido en el mundo del arte, generando tanto fascinación como preocupación. En el caso de Studio Ghibli, reconocido por su estilo único y emocional, la cuestión sobre si la IA puede ser una aliada creativa o una amenaza laboral se vuelve aún más relevante. Este dilema plantea interrogantes sobre el futuro de la creatividad humana en la era digital, el valor del esfuerzo artístico frente a la automatización y el impacto cultural de estas nuevas tecnologías. ¿La inteligencia artificial puede replicar el alma del arte, o simplemente es un instrumento que acelera la creación a costa de la autenticidad?»
La viralización del arte generado por IA
Las redes sociales han sido invadidas por imágenes que combinan la estética de Studio Ghibli con inteligencia artificial, gracias a herramientas como Midjourney y DALL-E 3 de OpenAI. Sin embargo, esta tendencia reaviva debates éticos y laborales, especialmente tras las declaraciones de Hayao Miyazaki, cofundador de Studio Ghibli, quien en una entrevista para Tokyo Reporter en 2016 calificó el arte generado por IA como un “insulto a la vida misma”. En síntesis, afirmó que no incorporaría esta tecnología en sus producciones debido a la carencia de sentimiento y comprensión de las sensaciones humanas.
¿Aliada de la productividad o enemiga del mérito humano?
La inteligencia artificial se presenta como una herramienta capaz de liberar a las personas de tareas repetitivas y tediosas, permitiéndoles enfocarse en labores más creativas o estratégicas. En sectores como el diseño gráfico, herramientas como Midjourney permiten generar bocetos en minutos que antes requerían días de trabajo, popularizando el acceso a la creación de contenido visual incluso para personas sin formación artística.
Sin embargo, esta automatización plantea una problemática: la posible erosión del valor social del esfuerzo personal. Cuando una IA genera en segundos una ilustración que a un artista le tomaría días o incluso semanas, surge el cuestionamiento de si estamos premiando la inmediatez sobre la maestría. El riesgo laboral no es el único factor a considerar, sino también el cultural, ya que la IA puede imitar un estilo o patrón gráfico, pero no puede replicar las emociones que hay detrás del esfuerzo personal del artista. El desafío radica en evitar que la eficiencia nos haga confundir rapidez con calidad y en distinguir las herramientas de los sustitutos.

Pero, ¿cómo funciona la “magia” de la IA para imitar estilos artísticos?
El proceso para crear ilustraciones estilo “Ghibli” con IA revela su potencial y limitaciones, ya sean técnicas como ChatGPT que requiere prompts detallados para evitar bloqueos por derechos de autor, debido a que empresas como Studio Ghibli y artistas como Hank Azaria quien interpreta a varios personajes de, Los Simpson, refieren un rechazo hacia el uso de su estilo y caracterización, al respecto Azaria comentó en una entrevista para, The New York Times, que la IA tendrá acceso virtual a más de tres décadas de trabajo e interpretación de diversos personajes en la serie y que fácilmente podría copiar su caracterización, pero que se siente esperanzado debido a que, en palabras del actor, “todavía falta algo: la humanidad”.
Conclusión
El impacto de la inteligencia artificial en el arte sigue siendo un tema de intenso debate. Mientras que algunos la ven como una herramienta que expande la creatividad y democratiza el acceso a la producción visual, otros advierten sobre el riesgo de que desplace el talento humano y desvalorice el esfuerzo artístico. La postura de Studio Ghibli y de artistas como Hank Azaria resalta una preocupación clave: la IA puede imitar, pero no crear desde la experiencia humana. El desafío radica en encontrar un equilibrio donde la tecnología sea un complemento y no un reemplazo del arte tradicional, garantizando que la innovación no desplace la autenticidad ni el valor del trabajo humano.
Artículo de: Joseph Calisaya y Evelyn Paccotacya