Un orgullo que trasciende fronteras
El último 11 de abril, la legendaria banda peruana de cumbia amazónica Los Mirlos hizo historia al convertirse en el primer grupo peruano en presentarse en el festival Coachella, en California. Más allá de la música, su presencia en uno de los escenarios más influyentes del mundo representa un hito para la identidad cultural del Perú. ¿Qué significa para los peruanos que una banda con raíces en la música popular y psicodélica nos represente en un escenario global? Mucho más de lo que parece. Significa reivindicar nuestras raíces, valorar lo nuestro y demostrarle al mundo que en el Perú también se crea arte con identidad.
Fundada en 1973, Los Mirlos fueron pioneros de la cumbia amazónica, un sonido que fusiona lo tropical, lo ancestral y lo moderno. Mientras el mundo bailaba disco, el Perú vibraba un ritmo único y distinto, con canciones como «La danza de los mirlos (Cumbia de los pajaritos)», «Cariñito» o «Elsa», que siguen vigentes en todas las generaciones.
Más que música: una puesta en escena cultural
La presentación de Los Mirlos en Coachella no fue solo musical. La banda vistió prendas con diseños shipibo-conibo, parte de una colección creada por la Asociación de Madres Artesanas Shinan Imabo, en colaboración con la marca Kene Kaya, liderada por Alexandra Durand y la comunidad de Cantagallo. Un poderoso gesto de visibilización de la cultura amazónica y de sus artistas.
Cada detalle del show fue un recordatorio de que la cultura peruana no solo resiste: florece. La reacción del público fue tan positiva que, según el líder de la banda, Jorge Rodríguez Grández, muchos fans se acercaron a felicitarlos al terminar su presentación.

¿Por qué es importante?
En un contexto donde muchas veces las noticias del país generan desaliento, este logro representa una bocanada de aire fresco. Los Mirlos nos recuerdan que hay razones para estar orgullosos de ser peruanos. Raras veces los artistas peruanos logran cruzar la línea de las fronteras y los océanos que los rodean. Sin embargo no hay duda que el talento nacional puede conquistar cualquier escenario, incluso si está al otro lado del mundo, en un idioma diferente, ante un público que quizás nunca antes había escuchado la cumbia amazónica.
En tiempos donde la identidad del pais se ve amenazada por la seguridad y otros temas complejos, ver nuestras raíces representadas con respeto y orgullo en festivales importantes fortalece el sentido de pertenencia. Los Mirlos no solo tocaron música; llevaron consigo el alma de la selva, el talento de las mujeres artesanas, y la esperanza de un país que, aunque pase momentos difíciles sigue adelante.
Nota de Angela Mendoza